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Las ordenanzas municipales han sido históricamente los instrumentos clásicos de construcción de la ciudad. Una de las primeras de las que tenemos constancia son las Ordenanzas de Madrid y otras diferentes que se practican en las ciudades de Toledo y Sevilla de Teodoro Ardemans, fechadas en 1719. Del trazado y la ordenanza como instrumentos de configuración de la forma urbana se llega a las primeras propuestas urbanísticas que constituyen los planes de ensanche. El primero fue el Anteproyecto del Ensanche de Madrid (1857) de Carlos María de Castro, aprobado en 1860 por Real Decreto y coetáneo del Plan Cerdá de Barcelona; el segundo fue el denominado Proyecto para la Urbanización del Extrarradio de Madrid, del ingeniero municipal Pedro Núñez Granés, que fue aprobado por el Ayuntamiento de Madrid en 1916, pero que no fue ejecutado por ser inviable jurídicamente. La concesión por parte del Gobierno nacional a Arturo Soria y Mata del Ferrocarril-tranvía de circunvalación de Madrid a Canillas, Hortaleza, Fuencarral, Vicálvaro, Vallecas, Villaverde, Carabanchel y Pozuelo de Alarcón en 1892 fue el arranque de la Ciudad Lineal a través de la creación de la Compañía Madrileña de Urbanización, el primer intento de proyecto de circunvalación de la ciudad mediante el denominado “ferrocarril poblador”. La aprobación del Estatuto Municipal en 1924 supuso el comienzo de la institucionalización del urbanismo en España; como resultado de la convocatoria municipal del concurso internacional de Anteproyectos para la Urbanización del Extrarradio y estudio de la Reforma Interior y de Extensión de la ciudad de Madrid de 1929, y en base a la propuesta presentada por Secundino Zuazo y Hermann Jansen, la Oficina Técnica Municipal del Ayuntamiento elaboró el Plan General de Extensión de Madrid (1931), aprobado en 1933. La insuficiencia del Plan de Extensión, que sólo abarcaba el término municipal, propició la propuesta del Plan Regional de Madrid en 1939, conocido como Plan Besteiro, coetáneo del Plan General de Ordenación y Extensión de Madrid franquista del ingeniero José Paz Maroto. Estos planes frustrados preceden al Plan General de Ordenación de Madrid (1941) de Pedro Bidagor, aprobado en 1946, y que supuso la tecnificación del urbanismo en base a la zonificación y la atención a las cuestiones referentes a la capitalidad, la ordenación ferroviaria, el plan de accesos, la zonificación, la reforma interior, el ensanche, la industrialización, la prolongación de la Castellana, el extrarradio, los suburbios, los límites de la ciudad y los poblados satélites. El Plan General de Ordenación del Área Metropolitana de Madrid, elaborado por los Servicios Técnicos de la Comisaría General para la Ordenación Urbana de Madrid, con la dirección de Emilio Larrodera (1963) y con el utillaje legal proporcionado por la Ley de Suelo de 1956, introdujo por vez primera el concepto de área metropolitana. En paralelo, fue creada la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid (COPLACO), dentro de un ámbito que comprendía veintitrés términos municipales situados alrededor de Madrid, incluido el de la capital. De COPLACO partieron los Programa de Acciones Inmediatas (PAI), un conjunto de exhaustivos estudios sobre la realidad urbana de Madrid. El Plan General de Ordenación Urbana de Madrid de 1985, el primero de la democracia y con la comunidad autónoma consolidada, fue elaborado por la Oficina Municipal del Plan dirigida por Eduardo Leira, junto con Ignacio Solana y Jesús Gago, y puede considerarse el primer plan participativo. Finalmente, el Plan General de Ordenación Urbana de Madrid vigente en la actualidad, aprobado en 1997, fue redactado por el equipo técnico municipal dirigido por Luis Rodriguez-Avial. Todos estos planes urbanísticos nos permiten una lectura sobre el desarrollo urbano de la ciudad que se ha ido complementando con otras actuaciones, como la implantación de la Ciudad Universitaria en lo que fue la finca de La Moncloa, la apertura de la Gran Vía, los polígonos de vivienda social o la reforma de la M-30. El conjunto de estas dinámicas, hechos y procesos urbanos que han caracterizado a Madrid han sido objeto de numerosos estudios e investigaciones a través de las muchas tesis doctorales realizadas sobre la ciudad desde la perspectiva del urbanismo. María Cristina García-González / Ester Higueras / Susana Feito
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